Timendi causa est nescire.

La ignorancia es la causa del miedo.
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"Habla, muchacho. O te obligaré.

Y luego se rió y ahora todo el mundo estaba esperando en un silencio conmocionado. Aegon se encogió de hombros y se echó hacia atrás, hasta el último gramo de remordimiento o miedo desapareció de su rostro. El único sonido en la habitación fue el fuego crepitante por un momento. Aegon se levantó y miró con daga a Daemon, aparentemente listo para pelear. Ah, y cómo deseaba todo el mundo que hubiera cerrado la maldita boca.

"¿En mi defensa? No me arrepiento de lo que hice. Pero déjame contarte un pequeño secreto.

Movió su mano un poco antes de inclinarse hacia adelante, mirando directamente a los ojos de Daemon.

"Era un jodido increíblemente bueno. Probablemente el mejor que he probado. Realmente corre en la familia, ¿no?

Una sonrisa maníaca se extendió por su rostro y luego se desató el infierno.

O, una continuación de Nitimur en Vetitum.