Agatsuma Zenitsu es un huérfano que ha vivido toda su vida en el Vaticano. Donde siempre le han advertido sobre el diablo y sus distintos engaños. Pero el nunca ha creído en ellos, porque "¿𝑝𝑎𝑟𝑎 𝑞𝑢𝑒 𝑐𝑟𝑒𝑒𝑟 𝑒𝑛 𝑙𝑜 𝑞𝑢𝑒 𝑛𝑜 ℎ𝑎𝑠 𝑣𝑖𝑠𝑡𝑜?". Aunque parece que tendrá que creer a la fuerza. Todo ocurrió un día normal como todos los de Zenitsu, sin embargo, todo menos un pequeño detalle, pero que no cambiaba el escenario aburrido y negruzco de siempre. Había un chico en particular que lo estaba mirando de vez en cuando desde que entró por la puerta del gran edificio. Un chico de cabellos burdeos y ojos rojizos con una amable sonrisa, se dirigía a él con un usted, y tenía tendencia a seguirlo a escondidas por los pasillos. Según un padre era "inspector de seguridad", pero era difícil de creer. - ¿Por qué me sigues todo el tiempo? - preguntó con el ceño fruncido. - ... - el chico se quedó en silencio. - ¿No sabes hablar? - cruzó sus brazos mirando al contrario de pies a cabeza. - Hueles a...a...- vaciló al hablar, pero eso causó que la furia del chico rubio creciera. - ¡¿A qué huelo?! - dijo exaltado. - Hueles a demonio...- el rubio sintió su alma irse por un instante - Quiero decir...creo que algo te está persiguiendo...y no creo que sea bueno. - ¡El único que me está persiguiendo eres tú!. Sus pasos volvieron a su andar. En su cuerpo se había implantado un escalofrío que recorría toda su columna y sus vértebras, aunque nada se comparaba con la pesadez de algo aplastándolo en cada paso que daba por el inmenso pasillo. "Tsk, que tonterías se inventa ese chico tan raro". 𝑆𝑜𝑛 𝑝𝑒𝑞𝑢𝑒𝑛̃𝑎𝑠 𝑐𝑜𝑠𝑎𝑠 𝑞𝑢𝑒 𝑡𝑒 𝑝𝑢𝑒𝑑𝑒𝑛...𝑝𝑜𝑠𝑒𝑒𝑟... /Personajes ni dibujo de portada me pertenecen/ /+18/All Rights Reserved