Sobreviviente de la terrible fiebre que acabó con la vida de sus dos hermanos, la sorpresiva muerte de sus padres, lo había dejado solo.
Con una fortuna que él sabía administrar mejor que nadie.
El rey de Corea le había ordenado casarse, si no toda su fortuna y riqueza se le retiraría si no se casaba.
Condes, caballeros, lords. Habían sido presentados ante él con el afán de que escogiera a uno. Ninguno le atraía.
-Muy bien mi lord de Park, ha escogido alguno de caballeros aquí presentes?
-No, pero ya elegí a mi marido, usted dijo que podía escoger a quien sea de su reino, por ende, ya se quien será.
-Adelante, ¿díganos quién es el afortunado?
-Entonces elijo como marido al barón Jeon de Man Deok-dong, Busan.
"El Caballero Rojo... el mismo diablo encarnado... hechicero... practicante de la magia negra... susurraban voces anónimas"