Nuestra mente puede tener sus fallas. Puede ser imperfecta, traicionera. Pero los recuerdos siempre están allí, en algún lugar, encerrados y ansiosos por ser traídos nuevamente memoria. A veces solo basta con un roce de manos para sentir un recuerdo que creías lejano volver. Para que obligues a tu memoria a recordar aquel momento que parecía inolvidable. Él es el descontrol. El huracán que puede llegar a tu vida y hacerle dar un giro bruto. Las noches de lluvia, las fiestas universitarias y peleas en bares. Ella es el caos que deja la tormenta. Las páginas con lágrimas, un cristal débil. Las noches estrelladas, las fiestas que sacian penas y la brisa del viento. Quizás por eso era que June sabía que él había dejado una gran marca en su pasado. Y pronto sabrá que también en su presente.All Rights Reserved
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