Sus colmillos nacarados acariciaron la tierna carne sobre su cuello, una lengua hábil lamio sobre la piel y una barba recortada raspo en cada movimiento, su piel ardía deliciosamente después de que esta pasara por su cuello. ㅡ Te voy a marcar. Eres mío Guillermo Ochoa y ningún omega tendrá duda de ello.