Ciento Veinte Hombres en brazos lo llevan a un altar,
en espíritu miles de reyes se inclinan al entrar,
ni Julio Cesar ni Alejandro faltaran,
pues ni la grandeza de ellos puedo comparar,
Su belleza y esplendor bañados en sangre se van,
y el príncipe de las almas en su carroza lo llevará,
directo a sus aposentos lo hará llegar
y el creador bajara solo para verlo descansar,
Miguel y Gabriel en una urna de oro lo elevaran,
y su cuerpo en los campos Elíseos resguardaran,
y su sacrificio en la eternidad será la vida y verdad.
Alexandros.M.