En 1970, Björn Andrésen era un muchacho de 15 años que estudiaba música en Estocolmo. En 1971, Björn era Tadzio, el protagonista de Muerte en Venecia, la película de Luchino Visconti basada en la obra de Thomas Mann. Una reflexión ¡pandémica! sobre lo efímero de la vida y de la belleza. Una de las cotas más altas nunca alcanzadas de refinamiento estético vistas en una pantalla de televisión... Y una maldición para su protagonista.
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