Desde que era una simple niña siempre quise conocer aquello que los adultos llamaban felicidad, no era que no la tenía, pero quería saber como era tenerla en su máximo nivel.
Pero lidiaba con la constante necesidad de dejar ir a las personas que se alejaban de mí con el paso del tiempo, personas que quería demasiado y que incluso me parecía imposible olvidar, las primeras personas a las que deje ir fueron mis padres. Ambos se alejaron de mí y me dejaron atrás como un trapo viejo.
Vivía con la interrogante de sí realmente les importaba, pero entendía que ellos habían hecho su vida cada uno por su lado, me sentía feliz por ello, pero aún recuerdo que yo siempre tenía una pregunta.
¿Qué había de mí? ¿Qué pasaba conmigo? ¿Acaso era yo importante para ellos?
Aprendí a entender las cosas con cada tropezón, apenas era una niña cuando ya había empezado a cometer errores, pero me levantaba.
Yo era Cool.
Y como él decía...
Las Chicas Cool nunca Lloran.
Se trata de Verónica una adolescente de 18 años, que por desgracia tienes tres hermanos mayores super posesivos, territoriales y celosos que no les temblaría la mano para matar a quien se meta con su princesa...
Daniel es el mejor amigo de estos tres hermanos que ha visto crecer a Verónica, con el tiempo una chispa se hace presente y Verónica quiere mantener sexo con el, este lo acepta solo que a escondidas de sus hermanos. Es solo sexo ¿que podría pasar?
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Esta historia contiene contenido +18
Lenguaje inapropiado
Violencia
Contenido LGBT
Celos
Alteraciones de edad
⚠️Si esto no es de su agrado por favor de no leer⚠️