Para Annabella Bowman, una modista del siglo XXI huir del pasado no se le hace para nada fácil. La gran herida que ha dejado la muerte de su padre ha sido tan grande que no cree poder sobrevivir.
Volviendo a su antigua casa, a su antigua ciudad, decide recomponer su vida de manera drástica, intentando por todos sus medios no caer de nuevo en el sufrimiento.
Para Derek Akers, un empresario multimillonario, atormentado por pesadillas constantemente acude a un psicólogo para afrontar todos los obstáculos de la vida. La realidad en la que se mueve, no es del todo buena, drogas, sexo y alcohol la determinan a la perfección.
La vida de estas dos personas, de una manera u otra acabará cruzándose en el momento menos indicado. Pese a ser su salvador en un par de ocasiones, Anna intentará no acercarse demasiado a aquel hombre de mirada fría y azul y no involucrarse en una vida que no esta echa para ella.
«Un pasado lo bastante turbulento, es lo único que une a estas dos personas.»
¿Serán capaces de soportar la tortura de no poder tocarse? ¿O caerán en la tentación?
ATENCIÓN: Esta historia lleva parada 5 o seis años. Todo esto lo escribo con apenas 15. Tienes faltas de ortografía, etc. Si deseas leerla esta bajo tu responsabilidad.
----------------------------------------------------------------------------------------------------------------------
~No permito copia total o parcial de la obra. Todos los derechos reservados.~
~Cualquier acción sospechosa, me veré obligada a utilizar acciones legales.~
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.