La expresión That's not my cup of tea es, para un británico, la forma más adecuada de decir que algo es desagradable o que no genera las expectativas deseadas. Para que un británico muestre su descontento con esta frase es necesario que se den las siguientes situaciones: que pierda el control de sus emociones o sus actos, que un intruso entre en su vida sin avisar o que todo suceda a la vez, como una broma del bribón destino. ¿Qué podría pasar en el caso de que, además, le robaran la cartera? Es una buena ocasión para comprobarlo leyendo este pequeño relato.