En las estrechas calles empedradas de la ciudad, Mitia y Martí se cruzaron por casualidad. Sus miradas se encontraron y algo mágico sucedió. Ambos sintieron una conexión instantánea, como si el destino los hubiera unido. A partir de ese momento, sus vidas se entrelazaron en un apasionado romance lleno de aventuras y desafíos. Juntos, descubrieron el poder del amor y la aceptación en un mundo que a menudo juzgaba sin comprender. Su historia de amor floreció en medio de la valentía y la lucha por el derecho a amarse libremente.