Leslie encuentra algo integrante y de igual manera atrayente en Alec desde hace tiempo y ahora que el forma parte de su vida no sabe que hacer con todos los sentimientos que este le provoca. -¿Así que ahora las princesas van salvando a los príncipes no? Le pregunto Alec mientras jugaba de manera persistente con un lápiz entre sus dedos. Sonriendo de la manera tan pícara que siempre tenía. - Digamos que ahora estamos a mano. Inquirió Leslie a pesar de saber que el de ninguna manera recordaría lo que había sucedido hace ya tantos años y decidió cambiar el tema para evitar que Alec preguntara cualquier cosa. -Esto es de lo más aburrido, no sé cómo soportas estar tantas horas aquí castigado, solo los dos aquí encerrados sin nada que hacer, es un fastidio. -Pues los dos solos podríamos divertirnos muchísimo aquí, si tú así lo desearas. Replicó Alec mordiéndose el labio y sonriendo de esa peculiar manera que Leslie siempre había admirado. Leslie no pudo más que sentir como todo en ella se derretía cómo si fuera una paleta helada cerca del sol.