- ¿Podrías meterte en tus propios asuntos? - Exclamé ya molesta con su ultima reacción frente a mi pareja. - Me vas a a dar más problemas de los que ya tengo, Tom. - Mantener la calma frente a cosas como esas no es mi fuerte ¿sabes? - No es problema mío, deja de molestarme ya y no te metas en donde no te llaman. - ¿Y si lo hago que? - Se acercó a mi en un abrir y cerrar de ojos haciendo que dé un pequeño salto. - Sigues siendo igual de terca, no has cambiado nada. - Y tu sigues siendo el mismo idiota de siempre. - ¿Disculpa? Idiota es aquél que no te respeta ni un poco. Hasta yo podría tratarte mejor. - Ya tardaba en sonar como la persona más narcisista del mundo. - Ya quisieras. - Ya quisieras tú que sea yo el que esté en su lugar.- Sonrió mientras jugaba con el piercing de su labio mirándome fijamente.