Él no dice nada, su piel se tiñe de morado, azul y verde «púrpura, púrpura, púrpura.» Hay un cuaderno abandonado al borde de la cama, leí cada maldita parte y fue doloroso, su mirada se apagó, ¿Estás bien? le pregunto constantemente, él asiente con simpleza cada que le preguntó, apenas y come, ya no llora, ya no grita, hay una cicatriz sobre su abdomen, ¿Es dolorosa?, afirma efusivamente, ahora... ya no sonríe.
Tomé ese maldito cuaderno y rasgue cada página, él está ahí, no dice nada, no ve nada, no escucha nada... todas las noches me escabullo a su habitación esperando una respuesta, estoy cansada.
Si lees esto, por favor ven...