2 parts Ongoing Todos los días son iguales, pueden cambiar algunas cosas, pero siguen siendo igual de terribles. En ese infierno, más conocido como UnderFell, todos los días son horribles. Muertes y asesinatos por doquier. Hambre y sed para los desafortunados. Siempre era así. Siempre los mismos monstruos matándose entre sí, los mismos monstruos muriendo de hambre, y uno siempre evitando ser incluido en aquellas matanzas y muertes.
Él siempre se ocultaba por las zonas más solitarias y oscuras, siendo sus pasos tan silenciosos que no podían ser escuchados ni por el mejor de los oídos, incluso si sus tics entorpecían su sigilo. Sus ropas andrajosas y faltas de color igualmente le ayudaban a caminar entre las matanzas sin causar una sola mirada hacia su persona. Una chaqueta mugrienta que siempre llevaba con él se encargaba de taparle el rostro con el abundante terciopelo de la capucha, ocultando sus pupilas hipnotizantes rubíes y solo dejando a la vista su boca con filas de colmillos, uno siendo de oro, nunca sonriente.