Zoro Roronoa era un guerrero Alfa invencible y un general asignado del antiguo Reino de Germa. Sin embargo, cuando regresó de la batalla fue traicionado por el joven Rey de ese país, que por las influencias de su padre, manda a asesinar a Zoro. Él murió a causa de su propia espada, pero le fue dada una segunda oportunidad de vivir. Sin embargo, pronto descubrió que aquello era una maldición, ya que esto significaba ver morir a todos los que amaba, sin olvidar ninguna de esas muertes. La única persona que podría sacar la espada que estaba enterrada en su cuerpo y dejarlo por fin descansar en paz, es un chico misterioso que puede ver fantasmas y al que solo se le conoce como "El Omega del Ser Inmortal". A su vez, a lo largo de sus casi mil años de vida, Zoro forjó una fuerte rivalidad con un Ángel de la Muerte llamado Sanji, quien ejercía esa labor para redimirse por los pecados que cometió siendo un humano; solo que al igual que el resto de los ángeles, él no recuerda cuáles fueron esos pecados. Lo único que sabe es que no soporta a ese engreído Ser Inmortal que varias veces a interferido con su trabajo, evitando que guíe a las almas de los humanos que fallecen al más allá y alargando de este modo su condena. Aún así, un alma en particular rescatada por Zoro de la muerte será la encargada de liberarlos a ambos de sus tormentos. Un alma que, pese a que su destino no implicaba vivir y crecer en este mundo, se opondría a ese destino y forjaría uno nuevo en base a esa oportunidad de vida que se le fue concedida. Pero, el destino impuesto por su creador es fijo, directo e inevitable según muchas deidades. Por ende, no solo deberá sobreponerse a su destino, sino también a las consecuencias de no morir cuando debía. _______________________________________________________________________________ • Este fanfic está inspirado en el K-drama de "Goblin, El Solitario Ser Inmortal". Solo que, modificaré ciertos aspectos para darle concordancia.