En cada invierno se hallaban rosas tan rojas como la sangre tan ardientes que era fascinante la vista. Debido a ello los humanos la catalogaron como "Euphemia" por su honorable crecimiento en un entorno hostil. Eso era lo que pensaba mei, quien había pasado los ultimos cinco años con el amor de su vida en una hermosa cabaña, pero resulto ser algo mucho peor que un cuento de la cerca blanca.