Savannah y Alec solían ser los mejores amigos. Hasta aquella noche, cuando ambos recién tenían 21 años, Savannah desapareció de la vida de Alec y fue como si nunca deseara ser encontrada. Hasta que su padre le muestra una fotografía en la que estaba su hermano, Savannah quien se seguía viendo igual que los recuerdos borrosos de la última noche en que la vio y en sus brazos estaba un niño pequeño.