Autos, olor a llanta quemada, amor, peleas, amistades; quien diría que la vida de Apolonia haría un drift de 180 grados Quien diría que las cosas del destino se manejan así; siempre planeamos algo y aunque lo conseguimos no se consigue exactamente cómo lo planeamos, yo nunca busque enamorarme de alguien, aceptaba estar sola y me gustaba; nunca nadie me había traído tanta paz y tantos cambios tan fuertes en mi vida, que siento que debería tenerte conmigo siempre. Conocí a un niño distraído, amante de la F1, de los carros y de los videojuegos, pero indiferente y distante, están frio como tan caliente, su sola presencia puede hacer que me sienta llena de amor así como me puede lastimar. ¿Pero sería con el con quien me quedaría? O ¿abría alguien más?
Asher pensaba que tenía una vida perfecta. Era el mejor en su equipo de hockey, tenía las mejores notas en la universidad y un grupo de amigos que parecían serle fiel.
Pero cuando conoce a Skye, la hermana de uno de sus mejores amigos cree que la chica está loca. Tiene una actitud tan dura que es difícil de romper y suele irritarlo todo el tiempo desde que se ha mudado a vivir con su hermano y él.
Y cuando los chicos del equipo le proponen que no conseguiría conquistar a alguien como Skye, lo ve como un reto que está dispuesto a jugar, una apuesta para conquistar el corazón de alguien como Skye es suficiente para que Asher acepte, pues es demasiado competitivo y no está dispuesto a perder su puesto en el equipo de hockey y pasarse el resto del año en la banca como le han apostado.
Sin embargo, a medida que conoce a Skye, Asher se da cuenta que la chica es todo lo contrario a lo que le ha tratado de demostrar, conquistarla no parece tan complicado como pensaba y el corazón de ella no parece ser el único en juego.