El Príncipe traidor y su bruja villana

El Príncipe de la Desgracia, así apodaron a Theodore Vinhen al nacer, era el segundo hijo del Emperador. Aquél que mató a su madre al nacer y que creció para convertirse en una herramienta más de su padre que lo despreciaba a muerte. Cuando volvió de la guerra se enteró que su hermanastro planeaba acusarlo de traición junto con su prometida, así que decidió huir.
Herido y al borde de la muerte Theodore apenas logró llegar al bosque después de ser perseguido por los caballeros imperiales y antes de perder el conocimiento un sentimiento de tranquilidad lo envolvió. Miró el cadáver de uno de los caballeros que había sido un reto hace unos minutos antes y cayó justo a su lado. Una risa sin pizca de diversión salió de su boca y un poco de sangre se derramó de sus labios.
-Sí, tal vez es mejor morir y no molestar a los demás.
Su madre murió por su culpa y su padre lo odiaba por ello, su hermanastro lo veía como una amenaza y deseaba que muriera, la mujer que creyó que lo amaba era amante de su hermanastro y lo odiaba como todos lo demás, no importaba cuántas guerras ni territorios conquistara, nunca sería suficiente.
Cuando perdió el conocimiento una sombra lo envolvió.
-Oh, parece que has encontrado algo, Jax.
Una mujer encapuchada se acercó observando cómo las sombras comenzaban a tantear el cuerpo del hombre que por sus heridas era sorprendente que siguiera vivo.
-¿Les agrada?
Las sombras comenzaron a moverse y el viento sopló fuertemente a su alrededor sin tocar el cuerpo del hombre para no perturbarlo. La mujer sacudió su mano y el viento se tranquilizó.
-A mí igual, su cara es atractiva. Llévenlo con cuidado.
Cuando los caballeros imperiales encabezados por el Príncipe Heredero llegaron al lugar un minuto después solo quedaba la tranquilidad del bosque y el cadáver de uno de sus caballeros.
Un viento suave envolvió al grupo de caballeros que se dispersaron por el bosque.