Marina y Mateo se conocieron en una pomposa y ridícula boda de un ex cura y una belleza latina, luego de encontrarse entre la sal, arena pegadiza que estorba, una botella de sidra y un mar con el reflejo de las estrellas y la luna, decidieron que estaban como bien decís por ahí, "enamoraditos", aunque más bien no fue hasta meses después que se engancharon a lo cursi el uno por el otro.
Pasaron los meses y bla bla bla, se casaron y fueron felices comiendo perdices en su historia de película.
Pues oye, he aquí una historia corta de un matrimonio un poco, uff demasiado cachondo, enamorados y absurdos.
CRÉDITO DE PORTADA: @unexactlyme.