Incondicionales

Asher es un joven con muchos sueños y metas en la vida, cada uno de sus objetivos tiene un propósito a seguir: convertirse en un jugador estrella del fútbol americano. Su mejor amiga, Elizabeth, es una gran soñadora. Ella sueña que las canciones que escribe sean escuchadas, ya que desea convertirse en una reconocida compositora. Sin embargo, lo que Asher nunca debe saber es que, en secreto, ella sueña con él.

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Hay amigos que se quieren para toda la vida, hay amigos que, a pesar de ser completamente distintos, permanecen unidos siempre. Hay amigos inseparables, amigos incondicionales; Asher y Beth eran esa clase de amigos.

Ellos dos tenían una conexión que los mantenía unidos y enlazados ante cualquier conflicto. Desde niños, fueron inseparables y leales a su amistad; no existía nada tan fuerte como lo que ellos tenían, porque entre los dos todo era perfecto. Compartían una amistad verdaderamente real y especial, solo que todo comenzó a cambiar cuando Beth empezó a verlo de una forma diferente.

De pronto, cada cosa que él hacía le resultaba fascinante, y al paso de los años, sus sentimientos cambiaron. Sus emociones al tenerlo cerca se transformaron, su cariño hacia él se volvió todavía más profundo, y sus pensamientos sobre él ya no fueron los mismos de antes. Años atrás, solía verlo con afecto, respeto y admiración, y ahora, constantemente en su mente solo había un inexplicable anhelo de acercársele y tocarlo, de abrazarlo y no soltarlo, y por encima de todo eso, la irracional idea de besarlo.

¿Será posible que Asher pueda verla de la misma manera? ¿Él podría llegar a quererla? ¿Arriesgarán su amistad y se darán la oportunidad de enamorarse?

Amar es atreverse a creer en lo que es posible; saber lo que sucederá es imposible, pero es difícil definirlo cuando temes más perder a esa persona que arriesgarte a confesarle lo que sientes.