Un sentimiento tan intenso como puede ser el rencor, la ira o el propio odio, no se puede disipar en cuestión de segundos, a veces incluso te acompaña para toda la vida, como una sombra que se adhiere a tu cuerpo para tragarte en vida.
Estaba absorta, cubierta y abrumada en ese tipo de sentimientos cuando recibí la carta que me sentenció sin vacilación para el resto de mi vida, sin lugar a retorno o segundas alternativas.
Había dos caminos por recorrer, el que ardería y me consumiría en tales emociones o el que me haría relucir en fortaleza y poder.
Todo un Imperio, lleno de riquezas y lugares por descubrir, frente a mis anhelantes ojos de deseo y ambición, a tan solo un paso de mí, a tan solo unas ligeras mentiras que susurrar... y entonces yo sería la Emperatriz.
Violeta Hódar tiene un problema, esta completamente enamorada de Chiara Oliver.
Su problema tendría una solución bastante sencilla, de no ser porque Chiara Oliver odia a muerte a Violeta Hódar.
Para empeorar las cosas, Chiara es la hermana de Alex, el novio de su mejor amiga Denna, y este es muy protector con ella.
Por todas esas razones Violeta Hódar tiene todas las de perder. O al menos eso es lo que le diría cualquier persona cuerda.
Conquistar a Chiara Oliver es una misión imposible. ¿Verdad?