Chloe Davis solo tenía doce años cuando se encontraron evidencias que culpaban a su propio padre del asesinato de seis niñas del pueblo. Ya nunca más sería su protector, sino un asesino en serie. Desde ese momento, Chloe ha tenido que afrontar las consecuencias de los actos de aquel monstruo: el acoso y vandalismo de sus vecinos, la destrucción de su familia y su propia adicción a los ansiolíticos. Veinte años después ha logrado iniciar una nueva vida. Es psicóloga en Baton Rouge y está organizando su boda. Todo marcha bien hasta que una adolescente es asesinada, y luego otra. Alguien está matando chicas del mismo modo que lo hacía su padre, y son chicas que ella conoce. Su pasado la persigue y la historia, que creía enterrada, parece repetirse.