Esta no es una historia cualquiera, no será una historia, probablemente no sea publicada nunca, son mis pequeños textos, mi pequeña forma de narrar historias, que duran poco, que son tristes, que nos hacen reír mientras lloramos, o llorar mientras nos reímos. Son pequeñas ideas que pueden surgir de mirar un pájaro comer o de oír una canción que cuente los amores en un bar. Que surgen porque si, tras una mascara, que pueden estar o no relacionados, y no creo que lo estén. Personalmente veo mas fácil dejarme llevar en un minitexto, que refleje exactamente mis sentimientos, o no, pero que sea sencilla y surja a escribir una historia larguísima con muchos personajes, con una trama detrás, que siempre te anima a seguir escribiendo pero nunca sabes como. Asi que, de una pequeña idea puede surgir una gran pasión por escribir. Y aunque estos textos no tengan nada que ver entre si, son la inspiración, son el valor de las personas, son el odio y el rencor, el recuerdo de un profundo abismo, el sentimiento de victoria y de derrota, las cosas que necesitamos para ser felices y las necesidades que tenemos para sentirnos bien. Sigamos juntos.
Al defender a su familia de un asaltante y morir, Alicia es transmigrada a un mundo del matriarcado, donde las mujeres son el pilar y las que mantienen a la familia, mientras los hombres son los que se quedan en casa.
Lo más sorprendente para Alicia no es el sistema en el que se rige la sociedad, los hombres, que no solo son los que dan a luz, si no, que se dividen en dos.
Los oro, la clase baja que tienen tendencia a dar a luz a otros hombres.
Y los jade, la clase alta que tienen tendencia a dar a luz a mujeres.
No solo eso si no que al ser las mujeres un bajo porcentaje, las familias se conforman por un harem de hombres, los cuales no son vistos más que como máquinas de hacer bebés.
La imagen la saque de internet créditos de la imagen a: "Alya".