No tenía claro cuánto destruye la venganza hasta el momento en que sus ojos de diferentes colores reparan en mí como una completa desconocida, mientras sostiene el arma con dirección a mi cabeza dejándome ver lo decidido que está. -Te advertí que no jugaras con fuego si no estabas dispuesta a arder en el Aquellas palabras pasaron de manera fugaz por mi cabeza haciendo que al fin lo entendiera. Él si fue mi más bello regalo, pero se convirtió en mi más amargo tormento, para así poder llevarme a mi dulce VENGANZA