Olive vivió toda su vida bajo la sombra del hockey, y aprendió un par de reglas: las mentiras ayudan y los jugadores de hockey no son buenos. Sin embargo, no esperaba estar tocando la puerta del equipo rival de su padre donde vive su mejor amigo, a tan solo unas horas de distancia. Huir para ella era fácil, o al menos lo era. Andrew creció sobre la pista de hielo porque sabía que era la única forma de salir adelante y huir del lugar de donde venia. Para él la vida se establecía en unas simples reglas: no enamorarse y no desenfocarse de su vida lejos del remolque de su familia. Tres jugadores de hockey y la hija del famoso entrenador rival, ¿Qué podría salir mal?