El viaje continuaba hasta que el temor de la soledad apareció. La noche cobró vida a través de su insegura sonrisa de princesa. El destello del miedo propagado por sus ojos levantó la temida oscuridad Dulce liana que sostenía el dolor del naufragio partido a bordo del sufrimiento Vagaba fuertemente agarrada a los astros del sendero iluminado Por sumisos vientos que llevaban el desvelo adelantado en la noche esclarecida El paisaje que asomó en silencio preparó el bello amanecer sentido por los rayos dorados Aquellos que sufrían la metamorfosis de su sueño y fantasía La alegría de correr por los bostezos de la tristeza albergada Creaba en ella el lenguaje hablado por el ser perfecto de la naturaleza Por fin despierta y aturdida preguntó indecisa: ¿Fue aquel pues mi vivido camino?Tous Droits Réservés
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