El momento que más esperaba al fin había llegado. Meses y meses de preparación para poder tenerlos en frente mío de la forma en la que quería. Con sus rostros de miedo y enojo a la vez. - Ahora díganme quién de los dos fue el que le disparó. - Suelta esa arma ahora mismo.- Me ordenó el gemelo de pelo alborotado. - No lo haré. Ahora, respondan mi maldita pregunta. - ¿De qué mierda estás hablando? - ¿De verdad no lo recuerdas, Tom?- Reí egocéntrica.- Creo que aún no saben quién soy yo realmente. Saqué de mi bolsillo una foto de la persona a la que más había querido en esta vida y se las mostré. Sus ojos se abrieron rápidamente al notar las similitudes que yo tenía con esa persona. - ¿De verdad eres tú? - Si, Bill. Y déjenme decirles que les he ganado en esta partida de ajedrez.