Prólogo.
Que nerviosa se sentía, le temblaban las piernas. No recordaba, o eso creía, haber pasado un día tan emocionante como ese. Su cumpleaños número doce.
No podía dejar sus manos quietas y se mordía el labio, nerviosa.
Sí, estaba nerviosa. Su padre le había dicho que su regalo estaba escondido en las caballerizas. Se podía imaginar perfectamente cuál era su regalo.
Respiró profundamente y entró al lugar completamente sola. Aquel familiar olor a caballo y paja entró por su nariz. Lo respiró aún más… quizás fuera la última vez que lo hiciera.
Entró del todo y miró a su alrededor, para luego volver a mirar hacia el frente. Su regalo estaba allí. Una amplia sonrisa surcó su rostro, y sin poder evitarlo apresuró sus pasos hacia él.
Siempre quiso un caballo blanco y al fin lo tenía. Mordió sus labios de nuevo, y comenzó a disminuir el paso. Un nuevo sentimiento acaparó toda su emoción. Miedo. Tenía miedo. Era lindo, pero era muy grande para ella en ese entonces, y no sabía cómo iba reaccionar.
—No le tengas miedo —escuchó la voz de alguien más en ese cuarto, una voz familiar.
Mientras los secretos más oscuros de la Casa Blanca emergen, Jennifer y Barron se encuentran atrapados en una red de poder, mentiras y traiciones. Él debe decidir si seguirá siendo el hijo obediente o se convertirá en la voz que su país necesita. Ella deberá aprender a sobrevivir en un mundo donde la verdad es la mayor amenaza.
En un escenario donde el amor y la justicia parecen imposibles, dos almas opuestas luchan por ser libres, aunque eso signifique enfrentar al mismísimo presidente.
Cuando el poder y el corazón entran en conflicto, ¿qué estarán dispuestos a sacrificar para encontrar su propia verdad?