22 Partes Continúa Atsumu Miya pensó que lo tenía todo cuando estuvo con Shoyo. Pero tras una ruptura que destrozó su alma y un anillo que dejó de simbolizar amor, esta cansado de ver cómo el amor florece en los demás mientras el suyo se marchita, por ello se convence de que el amor es para todos, menos para él.
Sakusa Kiyoomi, ese hombre que siempre parecía ajeno a su mundo, comienza a acercarse, a convertirse en el amigo que no espera que todo esté bien de la noche a la mañana, el que le da tiempo y espacio para sanar sin presionarlo a seguir adelante antes de estar listo.
Después de cierto tiempo, Atsumu decide emprender un viaje para sanar, alejándose de lo que conoce, sin saber que al regresar verá a Sakusa con otros ojos.
Pero el amor que renace no es sencillo. Atsumu debe enfrentarse a los fantasmas de su pasado y al miedo de no ser suficiente y su familia y Rausu serán un punto importante. Mientras tanto, Sakusa, con sus gestos casi secretos y su deseo callado de pertenecerle, está dispuesto a esperar e ir lento.
Lo que comienza como una relación falsa -un trato para calmar a las madres de ambos- pronto se convierte en un campo minado de emociones, miradas que arden y silencios que reconfortan.
No era amor. No al inicio. Era solo un trato. Una manera de tranquilizar a sus madres, de fingir que todo estaba bien. Pero nadie le advirtió a Atsumu lo peligroso que puede ser fingir con alguien que te mira como si ya te conociera por dentro.
¿Podrá Atsumu comprender que merece ser amado? ¿Podrá Sakusa borrar la idea de que el amor no es para él? ¿Podrá Sakusa enamorar a Atsumu en los meses que establece el contrato? Y, sobre todo, ¿podrá Atsumu seguir manteniendo su respuesta de "no" a esas tres preguntas que le hizo su hermano?
Como los cerezos que florecen lentamente, Atsumu y Sakusa descubrirán que el amor, a pesar de ser frágil, tiene el poder de renacer, incluso después del invierno más largo.