¿Alguna vez haz sido testigo del momento en que una persona da su último respiro? ¿Haz visto como sus ojos pierden su brillo? ¿Haz sentido la sangre de otra persona correr por tus manos? ¿No? Pues déjame decirte, que jamás encontrarás un sensación que se le asemeje. La adrenalina que recorrerá tu cuerpo, las ansias de seguir con lo que estás haciendo por más que sepas que está mal, es algo... Adictivo. No me mires así, no me mires con temor. Ven, te enseñaré que aquello que te he dicho, no es tan malo como parece.Todos os Direitos Reservados
1 capítulo