Cuando las tres sombras de los Alfas se abalzaron sobre mí, no me atreví a cerrar los ojos, vi que alguien los embistió en el aire con la suficiente fuerza para alejarlos varios metros lejos de donde me encontraba. Era otro Alfa, no cabía duda, se veía menos fornido que los tres en el suelo pero deprendía un aura implacable... su aroma, era de tierra mojasa, madera y nuez... me hacía sentir tranquilo, al menos hizo que mi corazón desistiera de su intento en querer salir por mi boca. No me atreví a moverme.All Rights Reserved
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