En tiempos de la Revolución Mexicana, numerosa cantidad de mujeres, tanto de la alta como de la baja sociedad, eran forzadas a tener matrimonios arreglados y familias numerosas para que la población lograse ir en aumento Las pocas que se rehusaban a este estilo de vida, eran llevadas a conventos para que fuesen mujeres puras y completamente devotas... Otras optaban por cambiar su apariencia a una más masculina y participaban en la revuelta - Esta usted muy joven para participar en la bola -dijo la hermana Paquita a la persona montada en aquel hermoso caballo mulato- ¿no prefiere quedarse y ayudarnos acá en el convento? - Es usted muy amable en ofrecerme hospedaje hermana, pero me temo que si me quedo ya no querré marcharme - De eso no se preocupe, en estos tiempos, entre más mejor; pero antes de continuar dígame, ¿cuál es su nombre? - Eva... Risto... Evaristo, hermana -habló con una voz un tanto apagada la figura esbelta mientras se bajaba del caballo-