Charlotte y Matty tenían algo en común: estaban destinados a hacer cosas grandes con sus vidas. Pero también, compartían la desgracia de ser el horrible karma de todos a su alrededor.
Tenían tantos problemas que vivían encerrados en su propia burbuja, escondiendo sus
sentimientos para no lastimar a quienes amaban.
Ambos eran una lluvia de media noche, esa que molestaba el sueño de muchos, sin embargo, juntos formaban un arcoíris.
Solo bastó que ambos se sentaran en un viejo puente de madera para que su historia comenzara, una llena de nuevos descubrimientos, llanto, inseguridades, pero sobre todo de amor.
Un amor que fue tan intenso, que, así como se encendió en llamas de un día para otro, se apagó con la misma rapidez.
Dos adultos que se aferraban al miedo de sentir, dos corazones que tumbaron sus barreras para encontrarse en la oscuridad de una habitación, canciones
escritas mientras sus cuerpos se unían, píldoras que arruinaron el final de un cuento feliz, y un sentimiento que nunca terminó.
Esta es la historia de Charlotte y Matty, una estudiante de idiomas que luchaba por encontrar la forma adecuada para comunicarse y salir de su sufrimiento, y un músico apasionado, con un pasado que lo perseguía incluso en sus mejores sueños.
La historia de un amor que fue azul, azul como el del cielo oscuro antes de una tormenta, tan libre
como el aire helado en tiempo de nevada, pero tan rápido como las manecillas del reloj.