Mil respuestas cruzaron su mente en un segundo, desde dulces y educadas palabras hasta las más crueles y desagradables groserías que aprendiera de boca propia de la Reina del Olimpo; incluso estuvo tentado de arrojar su bebida al rostro del otro dios y marcharse furioso en una escena llena de dramatismo propio de su madre pero se conformó con una mucho más cruel y humillante: reírse.All Rights Reserved