Esta es la historia de un chico mágico cuya luz, alguna vez tan vibrante, se desvaneció hasta convertirse en un fantasma viviente. Era como un sol ambulante, esparciendo su luz por donde iba, una esperanza en medio del dolor, una calma en la tormenta. Sus amigos lo veían como una luz entre la oscuridad, un faro de alegría y compasión. Siempre ofrecía ayuda sin dudar, un sol de persona, decían. Pero, ¿qué sucede cuando la oscuridad se cierne sobre tu vida? La luz, tan brillante y constante, comienza a desvanecerse, una tortura lenta y dolorosa. La oscuridad actúa como un parásito silencioso, consumiendo poco a poco. Su avance, a menudo inadvertido, hace que a menudo sea demasiado tarde cuando se intenta detener. La oscuridad llegó a su vida de manera abrupta, y él no pudo detenerla a tiempo. Cuando se dio cuenta, ya era tarde. La luz que iluminaba su interior se apagó, y la estrella que era se perdió en la penumbra. Intentó resistirse, pero la tormenta interna fue más fuerte. Hay quienes dicen que las personas más risueñas y llenas de luz son aquellas que albergan más vacío y oscuridad. Entonces, la pregunta resuena: ¿Te has dejado vencer por la oscuridad?