Recuerda las cartas del consejo amenazando con disolver el gremio cada vez que sus chicos destruían Magnolia. Recuerda a los niños inocentes que pensaban en el gremio como su casa su familia. Por desgracia, la vida te hace madurar con el tiempo, y aunque la decepción de no haber podido proteger a sus niños como debía lo carcome poco a poco, todavía está feliz por el progreso de sus hijos.