Y pensar que de niña deseaba con todas sus fuerzas que la magia fuera real. Ahora, ya en su adolescencia, no quería tener nada que ver con ella. Ema leyó "Harry Potter y la piedra filosofal" a la edad de siete años y simplemente quedó fascinada. Aquel mundo donde reina la magia y la hechicería, en donde los niños magos van a la prestigiosa escuela Hogwarts, cada uno representando a sus respectivas casas, era el sueño de Ema. Y, como ocurre en tan pocas ocasiones, sus sueños se hicieron realidad. Para contextualizar un poco la historia; si, la magia existe como los magos y las brujas, y sí, aquel castillo tan maravilloso también. ¿Harry Potter existe? Si y no. Hace muchos años una hechicera de la casa Hufflepuff escribió una novela para niños y adolescentes muggles sobre la leyenda de aquel muchacho que derrotó al mago más poderoso y cruel de todos. Sin embargo, la realidad era otra. Como todos los cuentos, algunas cosas se exageran más que otras y más allá de que hayan existido estos personajes y sus conflictos de superioridad, la guerra tal y como la cuentan no fue tan así. Fue devastador para el mundo mágico, sí, pero desde siempre han existido magos que se rehúsan a cumplir los protocolos del ministerio y su ambición los lleva a cometer delitos. Y aunque Tom Riddle fue el peor de todos, la vida de los protagonistas y del resto del elenco siguió tal cual uno esperaría. Tuvieron hijos entre ellos y blah blah. Pero esta historia no es sobre aquellos magos tan famosos, para eso ya hay libros y hasta películas muggles. No, esta historia va sobre una de las tantas historias que existen en ese mundo lleno de lo extraordinario la cual, quizás, no es de una magnitud como la que sí llevó consigo la del niño que sobrevivió al señor tenebroso, pero vale la pena contarla.