Sin luz y sin vida, al borde del abismo, pero perteneciendo a este, ¿dónde estaba la luz que debía seguir? La luz no alumbraba, cegaba, el abismo no consumió, iluminó ante la luz que no pudo seguir y ante la mentira que pudo sostener. La risa del abismo y el hueco que caía no era nada más que un canto a su ser y a su error. Una mancha que no debió existir.All Rights Reserved