Un corazón roto es un corazón abandonado, con el techo sin arreglar y un suelo sucio que a nadie le importa...
Pero a mí me importó, me importó tu corazón, esa frialdad que veía en tí, algo me decía que no eras quien mostrabas ser, y yo quería saberlo, ver qué había debajo de esa coraza.
Pero en el proceso de descubrir tu yo interior, no solo terminé enamorada, también terminé curada.
Sí, en el proceso de intentar arreglarlo todo en ti, terminaste arreglándome a mi también.
Al final, dejamos que el amor, nos arreglara el corazón a los dos....
Un cuento de amor hecho poesía.
Acompañenme en este viaje, y veamos como un sentimiento verdadero es capaz de reparar hasta el corazón más lastimado y que a veces no estamos rotos, tan solo no hemos encontrado la fórmula correcta para hacer kintsugi con todos esos trozos, que somos arte, cuando nos encontramos las manos correctas.