Desde que era un niño Liam Grayson conoció la importancia del amor. Nació en el seno de una manada, amorosa, fuerte y sobre todo unida, la palabra familia siempre tuvo un enorme significado en su vocabulario. Al ser el primogénito de su manada creció con la responsabilidad de ser el ejemplo de sus hermanos, el orgullo de sus padres y el valiente hijo de sus madres. Lo tuvo todo desde que dio su primer respiro, amor, familia, comodidad, lujos e incluso fama al ser hijo de una de las manadas más ricas de Lumula, eso no lo salvo de tener que abrir su propio camino en el mundo sacrificando muchas cosas en el proceso. Con 24 años es el mariscal de campo estrella del equipo de su ciudad natal, su vida se enfocaba en su familia, su juego y su éxito como futbolista, lo único que no esperaba era cruzarse con una dulce omega que llego para demostrarle que la vida era mas que fama y éxito.