A la abuela le gustaba cantar, las flores, el día, hacerme trenzas y cocinar dulces.
A mí me gustan las canciones de la abuela, las flores, la noche, hornear y tal vez ella. Sí, me gusta ella.
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- Debes ser libre, salirte de esta mierda.- me dijo una vez mi abuela, sus manos seguían en mi cabello, formando unas bonitas trenzas. Después salí a verla cerca del río.
Al día siguiente, mis padres se enteraron.
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- Eres como la princesa de esta población, para mí, eres como la más bella perla.- fue lo último que me dijo.
La madre de Jane Aubrey, tras un intento desesperado por conseguir dinero, vende a su hija a los gemelos Caracalla y Geta como sirvienta.
Estos despiadados gemelos se aprovechan de la menor y le arrebatan su pureza, sin saber que sus juegos iban a tener graves consecuencias.
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Jane Aubrey acaba cayendo en una grave dependencia emocional, y desarrolla el tan conocido síndrome de Estocolmo, que le impedirá seguir conllevando su vida con normalidad.
Por su parte, Commodus aparece de nuevo para hacerse con el trono y pone en peligro la ciudad de Roma y la vida de la menor, pero Geta no dejará que eso pase. ¿O sí?