Las grandes historias de amor, nacen de una casualidad, sus miradas se cruzaron un microsegundo y desde ese día nada fue igual, se dejaron llevar por el deseo y la atracción inmediata sin saber que sus vidas estaban unidas por el hilo invisible del destino.
Ella buscaba una distracción de una noche, era su despedida de soltera, deseaba sentirse libre antes de condenar su vida a un matrimonio que no desea.
Él la admiraba desde la oscuridad, haciéndole honor a su nombre, la acechaba como un León a su presa, atraído por esa melena rebelde, hizo lo acostumbrado, se acercó, la sedujo y la llevó a un cuarto de hotel y por primera vez no fue él que abandonó la habitación en la madrugada.
Para Phoenix la definición de amor; era sacrificio, desde chica su madre la enseñó que por la familia se hace literalmente lo que sea, hasta fingir amor para conservar sus riquezas y el renombre de su apellido.
Al contrario de León; el amor significa lealtad, un hermano jamás debe traicionar al otro, mucho menos morder la mano que te dio de comer.
Él se dedicó a olvidarla sin resultados positivos, no imaginó que una semana después la conocería formalmente como la futura esposa de su hermano, es la misma mujer que noches atrás le había entregado su virginidad.