Jin sabía que lo que vio no era normal. Pero aprendió a hacer de ese momento sólo una interesante historia de suspenso. Vuelto ovillo, la gran sombra de un jinete se reflejó en el muro. Sus ojos atrajo y su mente se puso a descifrarlo. Las espuelas, el cinturón, el sombrero, las firmes patas del caballo; todo reflejado en la sombra a la que el niño trató de darle forma. De igual manera, aprendió a lidiar con los pasos firmes y lentos que lo seguían a todos lados. Supo como ignorar el relincheo del caballo que solo él parecía escuchar. Su nombre susurrado justo al oído; con voz barítono y burlona dejó de ser aterrador. •| TaeJin. •| Historia corta.All Rights Reserved