Alkrajshá, el trono de Dios

Desde antes del inicios de la creación existió un Ser supremo único e incomparable, lo que comúnmente se conoce como: Dios, autor de la creación.

Sin embargo, su sola presencia es tan poderosa que hace imposible que su propia creación conviva con él, por lo que habita en el "Alkrajshá" junto con los serafines.

Por muchos miles años, el ser humano a imagen y semejanza de Dios fue la creación más gloriosa que hizo, no obstante, en su libre albedrío, el humano fue perdiendo la pureza con la que había nacido y en su larga vida se fue llenando de maldad en su corazón, de modo que llegaron a venerarse como dioses

Por castigo divino muchos murieron y algunos perdieron su belleza tanto física como espiritual transformándose en horripilantes bestias cuyas almas fueron enviadas a las profundidades de la Tierra donde fueron encarcelados por la eternidad, a otros les fue quitado gran parte de su vida y todo el conocimiento celestial les fue arrebatado.

Pocos de los que sobrevivieron repararon en su error, al arrepentirse se les fue otorgado una segunda oportunidad, junto con el ícono sagrado, un símbolo de redención.

Sin embargo, la disputa por este símbolo entre las nuevas naciones que se formaron luego de la época oscura, dejaría las tierras desoladas, familias destruidas, mujeres viudas y niños huérfanos.

En medio de todo el caos, el símbolo sagrado desapareció, desconcertando a las naciones.

Con el paso del tiempo se olvidó por completo la razón de las batallas de antaño, se formaron alianzas entre los pueblos y consolidando en una gran nación próspera y solidaria, la "única" en el mundo.

Y en el olvido quedó la razón de las batallas, una razón de ambición tanto mundana como espiritual... por una reliquia, un icono sagrado... la clave que lleva hacia el "otro mundo".

Hacia Alkrajshá, el trono de Dios.

-Leyendas del Nuevo Mundo.