Perdida entre el deber y el destino, fue antes del año 845 cuando su vida ya estaba condenada. Una marioneta del gobierno, un recipiente vacío para la humanidad, una pequeña niña nacida del pecado.
"Su cabello platinado, sus ojos celestes: La imagen del cielo mismo, tan puro, tan inocente, tan prohibido. Si no la conociera tan bien, me dejaría llevar: Ser absorbido por el inmenso océano azul de su mirada, por la corriente de sus pensamientos, y el pecar que había en sus labios."