Emily ha pasado tres meses en Siria fotografiando escenarios de guerra para el periódico en el que trabaja. Después de haber sido gravemente herida la trasladan de vuelta a Nueva York. A su regreso las cosas en la ciudad parecen haber quedado tal y como las dejó, a excepción de Luke Hemmings, el nuevo dueño de su cafetería favorita.