«Eran tan frágil, que se rompía con el tacto de una rosa. Era tan frágil que no soportaba el polen de una margarita en su nariz, pues de un estornudo podría desbaratarse en segundos. Era tan frágil que el radiante color de los girasoles, la cegaban. Era tan frágil que podía intoxicarse si llegase a probar la flor de calabaza. Era tan frágil, tan frágil como una flor.» Esto no son sólo escritos sin sentido, en un intento desesperado de convertirse en poesía. No, esto es algo más profundo, esto es vida. La mía. -minúsculas a propósito-