Te he amado más de lo que tu me has amado a mí durante la mayor parte de mi vida. Ahora soy un trozo de papel arrugado en un rincón que nunca vislumbrarías. Pensé que serías mi hoy y todos mis mañanas. Imaginé que algún día volverías a darte la vuelta y mirarme con todo tu amor. Sin embargo, cuando nuestro amor se haya ido, elegiré una tarde soleada con un viento suave, me pondré el abrigo que me regalaste y me iré para siempre...